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Estaba recordando una anécdota sobre contraseñas. Hace años, cuando aún estaba en la facultad, intentamos entrar en una página web que nos pedía un usuario y una contraseña para acceder. Ni corto ni perezosos y por hacer el tonto pusimos como usuario «pepito» y como contraseña «grillo«. Nuestra sorpresa fué que logramos entrar puesto que el usuario y contraseña eran correctos.

Es una anécdota pero es más común de lo que parece. Tendemos a usar combinaciones de usuarios y contraseñas fáciles de recordar y la mayoría de las veces poco seguras.

Es por ello que ahora las webs nos obligan a usar contraseñas con un formato determinado; usar mayúsculas y minúsculas, números, carácteres especiales y un tamaño determinado. Eso nos obliga a que nos inventemos en el momento una contraseña que cumpla los requisitos con la esperanza de recordarla y que luego nunca recordamos.

Para evitar pasarnos todo el rato haciendo clic en el botón «recordar contraseña» aquí van unos pequeños consejos para crear contraseñas complejas, seguras y fáciles de recordar.

Lo que proponemos es crear las contraseñas a partir de una frase conocida por nosotros y aplicar una metodología para convertirla en una contraseña segura.

En nuestro caso la frase a usar sería una muy conocida del Señor de los Anillos (J. R. R. Tolkien):

Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos

Lo que haríamos primero sería usar la primera letra de cada palabra

UApgat.UApe

Ya tenemos una contraseña fácil de recordar (basta con recordar la frase) con mayúsculas y minúsculas e incluso un carácter especial. Además de una longitud aceptable y que si alguien nos ve teclearla le resultará dificil de recordar puesto que parece letras aleatorias.

Si aún así nos piden números hay algo muy usado que es cambiar algunas letras por números, bien las vocales por su posición (a=1, e=2, etc..)

51pg1t.51p2

bien algunas por apariencia (A=4, E=3, I=1, o=0)

U4pg4t.U4p3

Cómo veis se generan contraseñas bastante complejas.

Bien es cierto que conociendo la frase que habéis usado las combinaciones para dar con la clave no son tantas, por ello usad una frase que vosotros conozcáis bien pero desconocida para mucha gente (por ejemplo el principio del prólogo del libro que tenéis en la mesa)

Con el uso la contraseña os dejara de parecer compleja a vosotros, la recordaréis y no hará necesario recordar la frase.